jueves, 9 de enero de 2014

Restos de una Locura

Abrí la puerta, hacia mucho tiempo que había estado ahí, una nube de polvo salió despedida como si estuviera desesperada por escapar de aquel tétrico lugar, entré y fije mi mirada en el ventanal que había dentro, no recordaba nada de eso el lugar no era mío, pertenecía a aquel fantasma del cual me enamoré y al cual esperaba ver, pero parecía que ya no estaba allí...

Entonces recordé los días enteros que pase allí junto a su presencia. Aún lo recuerdo fue en cualquier día de cualquier época, caminaba yo en busca de mis sueños, esos sueños que uno tiene cuando es niño, de pronto una construcción nada especial para el común de los mortales, sin embargo poco común para una persona que se fija en los detalles, llamó mi atención era una casa de color vivo fosforescente en la noche y de un color blanco espectro en la mañana, tenía ventanas grandes por las cuales entraba mucha luz, estaba construida de tal forma que parecía que no estaba unida al suelo, el jardín tenía unas flores moradas, las mas preciosas que he visto, se notaban inscripciones en la pared de aquella casa, parecía que el viento quería dejar un mensaje como un artista urbano, me acerqué a la puerta y pude observar la textura de la puerta tenía miles de años, rasgos de gritos desesperados, se podían observar las decepciones, los prejuicios y problemas, aquella puerta tenía la textura del mundo.

Entré a esa casa motivado por el misterio y el interés en lo antiguo-tétrico, nada dentro difería de una casa común abandonada y tratada por el tiempo. Cuando estaba a punto de salir algo tocó mi hombro, mi asombro fue tal que estuve balbuceando rezos por 5 min después tome el control de la situación como lo haría un médium.

Empecé con preguntas, después de unos momentos de hostilidad y negación a responderlas, el fantasma me dijo que no podía estar allí, era una invasión a sus recuerdos y estaba muy molesta, pero por otra parte era el único ser material que había visitado su casa desde que partió, también insinuó que ya que estaba ahí podría escucharla un momento, lo hice, aquel ectoplasta no medía más de uno metro sesenta y cinco centímetros, gustaba de cantar y su voz no era la mas angelical de todas pero sin duda tenia un tono cautivador, no puedo dar mas descripciones porque me lo dijo textualmente "Soy una creación de tu mente en un espacio físico tu sabes cual es mi objetivo en el mundo material así que cada noche después de hablar contigo robaré un poco de ti".

Y así transcurrieron las horas más felices de mi vida, ella como todo lo eterno vivió demasiadas cosas que ahora su memoria no las recordaba, Pero yo, como ella me decía, traía a su cabeza imágenes llenas de historia tal vez de hace un siglo o mas, se notaban sus rasgos cultos al hablar, las palabras de difícil comprensión las manejaba muy bien e incluso a veces me corregía con respeto, ella me contaba historias de caballeros, y yo le enseñaba lo excelso del mundo, ella explicaba su condición, y yo le enseñaba a ser. Todo era tan perfecto cuando estábamos juntos, pero todo desde el momento que empieza está condenado a terminar.Yo olvidé que ella seguia siendo un fantasma y estaba condenada a ser torturada toda una vida por las cosas que no hizo, a sufrir las situaciones en las que actuó mal, pero su voz no se notaba triste de hecho era todo lo contrario su voz notaba la alegría de vidas pasadas y ese fue nuestro mas grande error, ningún fantasma puede ser feliz...

Cualquier día, de cualquier año visité la casa de color vivo fosforescente en busca de mi compañera de capitulo, busqué en todas partes de la casa, dormitorios, sótano, desván, nada, no estaba, ese día salí de la casa con lagrimas en los ojos y me senté en el jardín a contemplar aquella magnifica construcción, de pronto las inscripciones de las paredes tomaron sentido, pude leerlas con facilidad, el viento había escrito su epitafio, decía:

"Aquí yacen el amor y la tortura
La felicidad y el dolor de un cultor
La sonrisa y la musa de un escritor
Aquí yacen los restos de una locura"

Me levanté y lloré, lloré hasta quedarme deshidratado e inconsciente, lloré hasta despertar en un hospital, Estuve en coma durante algunos años o tal vez fueron tan solo días. no lo recuerdo, ahora todo lo que hice me parece exagerado pero igualmente todo lo que sentía me parece poco, por eso decidí abrir de nuevo la puerta aunque ahora tan solo hayan quedado recuerdos.

-Cedrian Sigx

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